Nuevos desafíos arquitectónicos con la bioseguridad
Creo que es un buen momento para mirar atrás y analizar todas las buenas prácticas que se han dejado de utilizar en los procesos de construcción, específicamente a nivel de oficinas; por mucho tiempo se fue dando la tendencia de igualar la palabra eficiencia con cantidad, por lo que los desarrollos de los sitios de trabajo se habían enfocado en meter la mayor cantidad de personas en un espacio para mejorar la eficiencia, porque mayor número de colaboradores era igual a mayor producción.
Actualmente se está empezando a migrar en algo que irá de la mano con el tema de la bioseguridad que es la calidad del espacio de trabajo, si nos encontráramos en un ambiente que nos permitiera tener nuestros propios espacios, áreas para relajarnos, contacto con la naturaleza, ventilación cruzada e iluminación natural, la eficiencia y la productividad de los colaboradores será mucho mayor porque no estarán en ambientes incómodos, sino, en ambientes que le permitirán sentirse más motivados en sus sitios de trabajo debido a que hay una serie de cuestiones psicológicas y fisiológicas que ayudarán a mejorar su desempeño.
Winston Churchill decía:
“Damos forma a nuestros edificios, luego ellos nos dan forma a nosotros”.
Los espacios que se diseñan actualmente deberán estar pensados en la calidad de vida fisiológica y psicológica de las personas, porque ellas deben sentirse cómodas en sus espacios de trabajo, deben tener aire fresco, poder relacionarse de manera segura con sus compañeros.
Creo que hay varios desafíos importantes a los que se podrían enfrentar las empresas a la hora de implementar cambios arquitectónicos, como adaptar espacios de trabajo o crear nuevos espacios, ya que, en algunos casos habrá que destruir paredes para hacer ventanas, por lo que sería mejor buscar otras oficinas que sí cuenten con esas características.
Si una empresa no se adapta, perderá su recurso más valioso, que es el recurso humano, las personas siempre buscarán ambientes donde se sientan mejor y seguras. Si como empresarios no tomamos seriedad en el asunto, morimos como empresa, porque llegarán otras que ofrecen mejores condiciones para los colaboradores.
En estos momentos de pandemia es importante tomar en cuenta que el espacio de oficina seguirá existiendo, porque la gran mayoría de los seres humanos somos seres sociales y necesitamos esos espacios sociales para aprender y crecer como personas. En igual caso, el trabajo es una relación social, pueden haber muchas herramientas tecnológicas pero nada va a suplantar el contacto y la relación cara a cara, que claramente tiene sus diferenciaciones en este momento, hay cierta noción de espacio que va a cambiar en todo, por ejemplo se contarán los estándares de distanciamiento en tiempos de COVID, no se volverá a las medidas anteriormente usadas. Entonces a final de cuentas el diseño en un espacio va a tener que ser más creativo, la solución no es encerrarse en cubículos individuales sino que es generar espacios en donde se pueda meter una cantidad normal de personas con separaciones confortables en donde la persona no se sienta encerrada, y se cuente con conceptos como ventilación cruzada e iluminación.
A nivel de diseño eso tiene mucha relevancia porque ahora, en relación a eso se toman decisiones, por ejemplo, dónde se coloca una ventana, cómo se orienta un edificio, qué altura damos a cierto espacio, relaciones visuales, etc. Más bien una situación como el COVID para el diseño y la arquitectura es algo muy positivo porque va a hacer que las personas aprecien el espacio y la necesidad de diseñar en pro de las personas.
¿Qué recomiendo a las empresas para que logren adaptarse sin tantas afectaciones económicas?
- Analizar la situación actual a nivel de espacio físico y la percepción que tienen los colaboradores de sus espacios de trabajo.
- Contratar un asesor/consultor que tenga experiencia en temas de oficinas saludables y que entienda el concepto con relación de la naturaleza.
Para finalizar, me gustaría recalcar la importancia de entender que el desarrollo personal, emocional, empresarial y económico en todas las personas, va 100% de la mano de la socialización y la colaboración con otras personas, ya que el ser humano no es un elemento único y separado del planeta. Por eso generar una sociedad saludable depende de crear buenas relaciones interpersonales.
También, comprender que somos parte del planeta y que necesitamos a otros seres vivos, entonces la integración de los elementos de la naturaleza: luz, agua, sol, viento, en nuestros espacios nos hace sentir mejor, eso se llama biofilia y es la línea de pensamiento que tenemos en nuestras oficinas. Estar integrados en la naturaleza, de alguna manera nos hace sentir bien y por ende somos mejores personas, mejores amigos, colaboradores y familiares.